Primero, se dio a conocer la noticia de un atentado en una fábrica de gas en Saint-Quentin-Fallavier, en el sur del país, donde un hombre ingresó con un vehículo a gran velocidad y generó explosiones en el interior de la planta.

Luego del escape del sospechoso, encontraron una cabeza humana colgada en una de las rejas de la fábrica con inscripciones islámicas sobre ella. El atacante había ingresado al edificio diciendo pertenecer al Estado Islámico.

Además de la persona decapitada, dos trabajadores del lugar resultaron heridos a raíz de las explosiones que se generaron en el interior de la planta.

Minutos después de esta noticia, se conoció un nuevo atentado en Túnez, país del norte de África, donde al menos 27 personas perdieron la vida en un ataque a dos hoteles, uno de ellos perteneciente a la cadena española Riu.

Según los primeros testigos, dos hombres ingresaron a los edificios armados con AK-47 y comenzaron a disparar contra los turistas allí alojados y aquellos que se encontraban en la playa.

Los muertos son en su mayoría occidentales, aunque sus nacionalidades todavía no fueron especificadas, pero se estima porque el lugar es muy frecuentado por turistas británicos.

Uno de los atacantes fue abatido en un intercambio de disparos con las fuerzas de seguridad. La Policía está buscando al segundo sospechoso del ataque en el hotel.

El tercer ataque sucedió en Kuwait, país árabe de Asia Occidental, donde al menos 13 personas murieron en un ataque a una mezquita, también reivindicado por el Estado Islámico.

Según un comunicado que los terroristas dieron a conocer en Internet, el ataque fue perpetrado por un suicida que llevaba un cinturón lleno de explosivos.

Después del mediodía de este viernes, se dio a conocer en los medios del mundo un nuevo ataque en un viernes de furia, esta vez, en Somalía.

Al menos 30 soldados murieron en este ataque perpetrado por las fuerzas del Estado Islámico en una base de la Unión Africana (UA) ocupada por un contingente burundés.

Allí, decenas de extremistas realizaron el ataque y, además de inmolarse varios de ellos, decapitaron a muchos soldados que se encontraron desprotegidos.