Unas 130.000 personas, según la policía, desfilaron este domingo en Recife ante el ataúd del candidato socialista a la presidencia, Eduardo Campos, que murió en un accidente de aviación el miércoles pasado.

Desde primera hora de la madrugada, ciudadanos esperaban a las puertas del Palacio das Princesas, sede del Gobierno de Pernambuco, donde es velado Campos, hasta la semana pasada cabeza del Partido Socialista Brasileño (PSB).

Los principales candidatos brasileños para las elecciones presidenciales de octubre, la presidenta Dilma Rousseff y el socialdemócrata Aecio Neves, asistieron a la misa funeral de Eduardo Campos en Recife.

Rousseff y Neves acudieron a una misa al aire libre oficiada por el arzobispo de Olinda y Recife, Fernando Saburido, a la que también asistieron decenas de miles de ciudadanos que rindieron su último homenaje al que fue gobernador de Pernambuco entre 2007 y 2014.

Entre los presentes también se encontraban el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, visiblemente emocionado, y la ex senadora y ex ministra Marina Silva, aspirante a la vicepresidencia en la candidatura de Campos y ahora probable sucesora de éste en las elecciones presidenciales de Brasil.

Mientras, se discute cuál puede ser el efecto de Silva si finalmente entra de nuevo en la senda presidencial, en el centro de Recife el clima era de gran conmoción.

Fotografías de Campos, mensajes de despedida, banderas del PSB y flores rodeaban el Palacio do Campo das Princesas, sede del Gobierno de Pernambuco, donde se veló el cuerpo del ex ministro, así como del periodista Carlos Percol y el fotógrafo Alexandre Severo, que estaban en el avión privado en el momento del accidente, ocurrido en la ciudad de Santos.

El candidato socialista, de 49 años y padre de cinco hijos, falleció el pasado miércoles cuando un avión privado, en el que viajaba con otras seis personas a un compromiso de campaña, se estrelló a unos 70 kilómetros de Sao Paulo.

Campos será enterrado al lado de su abuelo Miguel Arraes, reconocido líder de izquierda en el estado de Pernambuco, quien murió el 13 de agosto de 2005, exactamente nueve años antes que su nieto.