Miguel Leiva, uno de los sobrevivientes de la masacre en el boliche gay de Orlando, decidió publicar un video donde se ven momentos de tensión en el baño de la disco.

Allí, unas 30 personas aprisionadas, esperan por el peor final o por una salvación que parecía poco probable.

El nerviosismo y el miedo toman protagonismo principal en este video, que muestra a gente desesperada por no ser ultimada por el terrorista.

Según contó luego el dueño del video, la mitad de los que se encontraban en el baño no sobrevivieron al ataque. 

Él resultó herido de bala, cuando el atacante llegó a los baños en los últimos momentos del ataque, antes de ser ultimado por la policía.