Después de haber dicho que el achatamiento de la curva había sido inútil,- lo cual es extraño como razonamiento porque lo hicieron los gobernadores contra su opinión, lo que llevó a muchos brasileños a desobedecer el aislamiento tornándolo poco efectivo-, y lamentar por el desempleo que provoca la crisis económica, se encontró con la realidad.

Cuando este viernes fue a saludar a su entrada de la Casa de Gobierno, se encontró con el codo de sus interlocutores y no con el abrazo que esperaba.