El gobierno de la gran Nueva York, debió echar mano a la vacunación forzoza para vencer a la temida plaga de los antivacunas, que hicieron que el sarampión se transforme por estas horas en una enfermedad que encendió todas las alarmas.

La ciudad declaró este martes una emergencia pública por el brote. En consecuencia, se ordenó la vacunación de personas que podrían haber estado expuestas al virus.

La orden del alcalde Bill de Blasio abarca a residentes de cuatro barrios en Williamsburg, en Brooklyn, donde más de 250 personas contrajeron sarampión desde septiembre último.

Según la orden, todos los residentes de estas zonas que no se hayan vacunado y que pudieran haber estado expuestos al virus, incluyendo niños mayores de seis meses, se deben vacunar. Quienes no lo hagan podrían ser multados con hasta 1.000 dólares.

Esta semana, el municipio ordenó a las escuelas religiosas y programas de cuidado infantil de esa comunidad que no permitan el ingreso a estudiantes sin vacunas. En caso contrario podrían ser cerradas esas instituciones de forma preventiva.