"El Maga" operó como líder del grupo de narcotraficantes en la región hasta 2005, cuando fue detenido y encarcelado en el penal de Piedras Negras, desde donde operó y se fugó en 2012, junto con otros 132 internos.
Durante ese tiempo, las autoridades locales confirmaron que los zetas operaban libremente desde el penal que convirtieron en su crematorio y centro de operaciones.

"En su interior, los miembros de la delincuencia organizada realizaban actividades de fabricación de ropa táctica (uniformes utilizados por las fuerzas de seguridad del Estado) y modificación de vehículos en carrocería y pintura", apunta un comunicado del gobierno de Coahuila, mediante el cual dio a conocer avances de la investigación, que comenzó en 2012.
Hasta ahora, las autoridades han comprobado la identidad de 37 personas asesinadas en esa cárcel, y falta conocer la identidad de 113 más que también fueron incineradas allí.

Por esos hechos, la Procuraduría de Justicia de Coahuila emitió órdenes de aprehensión por el delito de desaparición de personas contra 21 personas, de las cuales 17 ya están detenidas. Entre ellas hay 8 policías que trabajaban en el penal y 5 integrantes del cartel de los zetas que ya están presos, entre ellos, el Maga.

Desapariciones y masacres: las pistas hacia el penal

Las autoridades de Coahuila volvieron la mirada hacia el penal en 2012, luego de la fuga masiva de reos y de la exigencia de organizaciones de familiares de desaparecidos. Entre ellos Vida (Víctimas por sus Derechos en Acción), que encabeza Silvia Ortíz, madre de Silvia Stephanie Sánchez Viesca, desaparecida en Coahuila en 2004 cuando tenía 16 años.

En la búsqueda de sus familiares desaparecidos, este colectivo había recabado testimonios acerca de personas desaparecidas que habían sido llevadas a cárceles y exigieron al gobierno local la investigación.

Pero fue a partir del asesinato de aproximadamente 300 personas que ocurrió en el poblado de Allende, en la ciudad de Piedras Negras y en una región conocida como Cinco Manantiales que las autoridades estatales pusieron en marcha el operativo Búsqueda de Vida, en febrero de 2014, el cual los llevó hasta el penal.

Allí las autoridades realizaron 138 entrevistas con personal de custodia y reos, y desplegaron un operativo de revisión con policías, militares y peritos para localizar los cuerpos de las víctimas.

A partir de esa indagatoria, las autoridades descubrieron que los zetas podían salir del penal durante el día y regresar en la noche a dormir, y que El Maga fue el responsable de ordenar el asesinato de varias personas cuyos cuerpos fueron incinerados, informó en una rueda de prensa José Ángel Herrera, titular de la Subprocuraduría de Personas Desaparecidas de la fiscalía del estado.

Una investigación de la revista mexicana Proceso incluso aseguró que en la cárcel de Piedras Negras dormía de vez en cuando y se escondía Omar Treviño Morales, identificado como el Z-42 y uno de los líderes más importante de esa organización criminal junto con su hermano Miguel Ángel, conocido como el Z-40. Ambos están presos en penales de máxima seguridad.

Las investigaciones en la cárcel de Piedras Negras todavía no concluyen, de acuerdo con el titular de la Subprocuraduría de Personas Desaparecidas de Coahuila. Siguen abiertas para encontrar a más personas reportadas como desaparecidas y que, de acuerdo con testimonios, fueron trasladados a esa cárcel para privarlas de la vida, dijo.

El penal de Piedras Negras sigue operando hoy como centro de reinserción social (cereso). La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha advertido que allí rigen condiciones de autogobierno de los presos, que controlan las actividades penitenciarias, de acuerdo con su recomendación general 30.

Infobae