A días de la tragedia en el mundo del fútbol cuando se estrelló el avión que trasladaba al equipo Chapecoense para disputar la final de la Copa Sudamericana, finalmente las autoridades bolivianas dieron de baja las licencias y permisos de vuelo para la empresa LaMia. 

Después de que las autoridades aeronáuticas colombianas confirmaran este jueves que el avión “no tenía combustible” en el momento del impacto aunque continúa la investigación sobre las fallas eléctricas en la aeronave. La suspensión de LaMia no estuvo exenta de críticas ya que muchos se preguntan cómo llegó a estar autorizada una empresa con dudosas referencias. 

"Estamos tomando la decisión de una investigación exhaustiva y desvinculando al personal ejecutivo para que no afecte el proceso", informó el ministro boliviano de Obras Públicas Milton Claros, en conferencia de prensa. Y agregó que la destitución alcanza a toda la planta ejecutiva de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), que estaba a cargo de César Varela, y a los jefes de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana).

Por otro lado, crecen las especulaciones sobre por qué se eligió a una empresa tan pequeña para el traslado de deportistas: "Lo de LaMia es un negociado. Es una empresa que contrata un seguro en Inglaterra por 25 millones de dólares cuando en realidad tendría que ser de 300 millones. Ahí ya hay algo que está mal", planteó el comandante Jorge Polanco en declaraciones al diario Clarín y arriesgó: "La connivencia entre Conmebol y LaMia es evidente".

En su comunicado la Conmebol trató  de despegarse de las acusaciones y destacó, en un comunicado, que "entre las actividades de organización logística que la Confederación gestiona para realizar los torneos no está incluida la coordinación de ningún tipo de transporte (aéreo, terrestre o marítimo), así como tampoco la recomendación de proveedores de ningún tipo; por lo que desmiente los rumores que están circulando en los medios en estos momentos de tanto dolor".