Cerca de 700 gatos fueron rescatados en la ciudad de Linfen, en el norte de China, donde iban a ser vendidos a restaurantes para ser servidos como comida. 

Una mujer llamada Li fue quien hizo el descubrimiento. Encontró a los gatos en la parte de atrás de un hotel gracias a un aviso de los empleados del lugar. Fue ella quien grabó las imágenes donde se ve a los felinos quejándose de dolor en el interior de una docena de jaulas oxidadas en las que permanecían hacinados.

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El grupo local protector de animales Linfen Small Animal Rescue dio aviso a las autoridades y luego de la intervención de la policía informaron que los gatos habían sido rescatados y estaban siendo atendidos por sus voluntarios..