Los tres principales representantes de las instituciones europeas-  es decir el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk,  el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani- no reconocen a la flamante nueva República de Cataluña

Y solicitan, con premura, que el Gobierno de Mariano Rajoy resuelva la situación al interior de España, país al que consideran como "único interlocutor" de la Unión Europea; a pesar de los continuos intentos de Carles Puigdemont de lograr que el organismo continental participe del diálogo. 

Tusk señaló este viernes que para la Unión “nada cambia” con la declaración de independencia catalana y destacó en su cuenta de Twitter: "Espero que el Gobierno español favorezca la fuerza de los argumentos, no los argumentos de la fuerza”. 

Por su parte, el todavía presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, respondió al tuit de Tusk haciendo hincapié en la segunda parte del mensaje: “Como sabes los catalanes siempre apoyamos la fuerza de los argumentos”.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también expreso su apoyo a la intervención iniciada por Mariano Rajoy, tras la aprobación express del Senado, y planteó: “Es un proceso en el Estado español y respeto todas las decisiones que tome el Gobierno”.

Y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, usó la red social Twitter para dejar en claro que “la declaración de independencia votada hoy en el Parlamento catalán es contraria al estado de derecho, a la Constitución española y al Estatuto de autonomía de Catalunya”. Es por ello que ha asegurado que “nadie en la Unión Europea va a reconocer esta declaración”.

“Una crisis política sólo se puede resolver a través del diálogo. Hacemos un llamamiento a una solución pacífica con respeto al orden nacional e internacional”, planteó el el primer ministro belga, Charles Michel al que Puigdemont respondió, también en Twitter: “El diálogo ha sido, y siempre será, nuestra elección para solucionar las situaciones políticas y conseguir soluciones pacíficas”.

Por lo pronto se espera el accionar del Gobierno español en Cataluña cuyas calles siguen copadas por miles de ciudadanos que se debaten entre los festejos, el enojo y sobre todo la incertidumbre.