Luego de que la canciller alemana, Angela Merkel, hiciera llorar a una joven palestina que vive en Alemania hace cuatro años -tras advertirle ante las cámaras de TV que podría ser deportada- y que le pidió en la cara a la funcionaria que le permita quedarse para poder seguir estudiando, la historia cambió totalmente el desenlace que tenía previsto.

En medio de la conmoción que se vive en Europa por la crisis de refugiados que mantuvo cerradas casi todas las fronteras hasta que la comunidad mundial presionó y logró que los países acepten la llegada de sirios y palestinos principalmente, la joven logró la extensión de su permiso de residencia hasta marzo de 2016.

En julio de este año, Merkel fue repudiada luego de que le dijera a la joven estudiante Reem en un foro de debate televisado, que Alemania no podía admitir a todos los que querían vivir allí. Ante esta contestación, la chica comenzó a llorar y la canciller tuvo que consolarla.

Reem vive desde hace cuatro años en Alemania y aseguró a Merkel, en alemán fluido, que quería estudiar allí pero que eso no sería posible si no le permitían quedarse en el país.

La oficina del alcalde en Rostock, donde vive la niña con su familia, comunico este lunes que Reem y su padre recibieron un permiso de residencia limitado que es válido hasta marzo de 2016. La oficina no pudo aclarar lo que sucederá con ellos después de esa fecha. El resto de la familia no será deportada para que puedan estar juntos.

Alemania es el mayor receptor de personas que huyen de la guerra en el Medio Oriente y el principal receptor de inmigrantes de los países del sur de Europa, con mayores problemas económicos.

Según sus datos, 104.460 personas solicitaron asilo en este país en el mes de agosto y espera que el número a final de año esté alrededor de los 800.000, un número cuatro veces mayor que el año pasado.