En junio del año pasado, la noticia sobre el hallazgo de 12 niños y un adulto que llevaban 9 días atrapados en una cueva inundada en Tailandia, estremeció al mundo. “Vamos a enviar comida para al menos cuatro meses y les enseñaremos a los 13 como bucear, mientras continuamos drenando el agua que inunda las galerías de acceso", el capitán Anand Surawan, de las Fuerzas Armadas tailandesas, en aquellos primeros días mientras se diseñaba un plan ligeramente distinto.

Se trataba de 12 chicos integrantes de un equipo de fútbol de Tailandia junto a su entrenador, que permanecieron 17 días en total, con una cobertura periodística internacional l oque convirtió el caso en una causa nacional. Si bien el final fue felíz, los hechos no fueron tal y como se dijo: de hecho la maniobra diseñada para sacarlos de allí fue de lo más extrema y peligrosa.

Cochrane, el corresponsal en el Sudeste Asiático de la cadena australiana ABC que cubrió los hechos desde el lugar (BBC.com)
Cochrane, el corresponsal en el Sudeste Asiático de la cadena australiana ABC que cubrió los hechos desde el lugar (BBC.com)

El periodista británico Liam Cochrane reveló la historia en su libro La Cueva. El autor trabajaba como corresponsal en el Sudeste Asiático de la cadena australiana ABC permaneció los 10 días que duró el rescate, desde que establecieron contacto, les enviaron alimento y diseñaron una estrategia contrarreloj porque el oxígeno les alcanzaba para pocos días más.

Según reprodujo BBC.com, mientras el mundo, las familias y la prensa escuchaban que los chicos iban a aprender a bucear para salir de la cueva, la verdad es otra: fueron sedados con tres drogas y les colocaron máscaras de oxígeno selladas con silicona, para evitar su desprendimiento mientras eran acarreados por los buzos.

Les dieron Xanax, para aliviar el miedo, ketamina, para dormirlos, y atropina, para reducir la saliva en su boca, con la cual podrían ahogarse. La sedación debía durar tres horas por lo que les aplicaron una segunda inyección de ketamina. Si bien todo salió de la mejor manera, la farsa oficial impacta meses después de la hazaña humanitaria.