Siguiendo la línea de Donald Trump, el presidente de Brasil siguió a su par estadounidense en la teoría de que la caída de la economía del país va a causar más estragos que la misma pandemia.

Y en ésta línea realizó una cadena nacional en la cual culpó a la prensa por "generar pánico", a los gobernadores por exagerar en las medidas, y al conjunto de la comunidad internacional por sobre reaccionar ante el coronavirus. Inclusive dijo que su cuerpo de atleta le permite que al ser infectado no sufrir más que por una"gripecita".

Al final de su discurso en las principales ciudades de Brasil -con foco en Río y San Pablo- hubo cacerolazos de protesta, como viene ocurriendo todas las noches desde hace varios días.