Al flamante ministro de Salud de Brasil, Nelson Teich, lo agarraron con los pantalones bajos. Si la salida de su antecesor Luiz Henrique Mandetta estuvo envuelta en polémicas en gran parte fue por las decisiones que el presidente Jair Bolsonaro tomaba desconociendo la gravedad de la pandemia de coronavirus.

Y esta vez la víctima fue él, porque en medio de la conferencia de prensa se enteró por los periodistas que el mandatario había dado la orden para liberar el funcionamiento de gimnasios, salones de belleza y manicuría, lo que evidentemente lo tomó por absoluta sorpresa y lo dejó sin palabras para defender esa posición.