Barak Obama y su esposa viajaron a Johannesburgo, Sudáfrica, para participar del funeral del líder africano, Nelson Mandela. Pero parece que el presidente estadounidense no la pasó tan bien.

En medio de los homenajes a Mandela, el presidente de EEUU se puso a hablar y a sacarse fotos cual adolescente con la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt.

Michelle lanzó su furia a través de la mirada, imposibilitada de discutir por obvias razones, en una jornada en la que seguramente Obama tuvo que dormir en el sillón.