Christine Lagarde debe comparecer ante la justicia francesa por su actuación cuando era ministra de Finanzas (2007-2011) en el Gobierno de Nicolás Sarkozy.

Se trata del caso en el que Lagarde intervino para poner fin al contencioso que el Estado tenía con Bernard Tapie; un empresario que reclamaba una compensación por la venta en 1994-  por el entonces banco público Crédit Lyonnaisde- de Adidas lo que generó la pérdida de la marca deportiva.

En caso de que se considere que existió negligencia o corrupción en el accionar de Lagarde, ésta podrá ser condenada a un año de cárcel y hasta  15.000 euros de multa.

Debido al fallido arbitraje de Lagarde, el  Estado francés tuvo que indemnizar al empresario con 404 millones de euros, con el argumento de que Crédit Lyonnais había conseguido una plusvalía exagerada gracias a Adidas.

Para los magistrados, no sólo hubo "incuria" (negligencia) y "precipitación", sino "una conjunción de faltas que por su naturaleza, su número y gravedad superan el nivel de una simple negligencia", y frente a eso Lagarde sólo ha aportado "explicaciones poco convincentes, e incluso desoladoras".