El presidente Barack Obama explicaba en un auditorio de la ciudad de Chicago las políticas de su gobierno referidas a inmigración, cuando fue interrumpido por mujeres que lo acusaron de realizar de deportaciones de delincuentes y sus familias.

Tras informar que "las deportaciones de criminales durante los últimos seis años subieron hasta el 80 por ciento", Obama aclaró que se trata de deportaciones de los delincuentes, no de sus familias.

En ese momento, el mandatario norteamericano fue increpado a viva voz por personas del auditorio, quienes lo acusaron de mentir: "Lo siento, señor presidente, ¡pero eso es mentira! ¡Usted ha estado deportando familias!"

Aparentemente calmado, respondió "acepto su opinión" y pretendió continuar con su discurso, pero otra voz se alzó exigiéndole que "detenga las deportaciones" de familias enteras de inmigrantes.