Es la tercera huelga desde que asumió Tsipras pero la primera que cuenta con una amplia participaciones de diversos sectores. El paro se realiza contra la reforma del sistema de pensiones que el gobierno negocia con los acreedores.

Más de 30.000 personas están protestando por las calles de Atenas, según las cifras por la policía, pero otras fuentes hablan de 50.000 personas.

Hoy la mayor parte de los vuelos nacionales fueron cancelados, se paralizó la mayor parte del transporte público, lo mismo sucede con los taxis. Los comercios no abrieron sus puertas, los hospitales funcionan con servicios mínimos, los agricultores mantienen los bloqueos en puntos centrales de las rutas y autopistas del país.

Los representantes de las instituciones acreedoras de Grecia iniciaron este lunes la primera revisión del tercer rescate en que una pieza clave de la negociación es la reforma de las pensiones.

El Ejecutivo realizó una propuesta que pretende evitar nuevos recortes a los jubilados, que desde 2010 ya sufrieron once reducciones. A cambio, se plantea subas de las cotizaciones y recortes de las pensiones suplementarias, que pese a tener ese nombre forman el pilar fundamental de los ingresos de los jubilados, que a su vez son el sustento de más de la mitad de las familias griegas.

Mediante un comunicado la sección laboral de Syriza, del partido gobernante, se desmarcó del gobierno y aseguró que "celebra" el paro porque tiene como objetivo "proteger el carácter público, redistributivo y global del sistema de pensiones". Además le pide al Gobierno no ceder ante los acreedores en las pretensiones de reducir las pensiones.