La ley entrará en vigor en 2020 y establece que  todos los ciudadanos mayores de 18 años en Holanda serán automáticamente donantes de órganos y sus datos figurarán en un registro nacional; aunque aquellos que no deseen hacerlo deberán dejar una constancia por escrito. 

El debate fue álgido entre quienes sostienen que es necesario modificar la escasez de órganos para trasplantes disponibles- el actual registro de donantes en Holanda suma seis millones de personas: un 60% da su consentimiento, un 29% lo rechaza y un 11% lo deja en manos de terceros-  y quienes destacan que la nueva ley lesiona el derecho de las personas a decidirse por algo tan íntimo y trascendente.

Para contemplar ambas posiciones, Pia Dijkstra, la diputada liberal de izquierda- que redactó el proyecto de ley (aprobado por por 38 votos contra 36)- lo adaptó.

A partir de ahora, todos los adultos recibirán varias veces una notificación oficial preguntando si quieren ser donantes de órganos. La respuesta afirmativa o negativa no presenta problemas. Ante la falta de ambas, en el carné de donante que tendrá todo el mundo figurará un “no se opone”.

En caso de ser necesario, la familia podrá demostrar que el fallecido no quería ser donante, aunque nunca llegara a decirlo oficialmente por escrito.