Este miércoles se dio inicio a la convención llamada "Ginebra II" para tratar la guerra civil que azota a Siria y que ya dejó cientos de miles de muertos desde su comienzo.

La conferencia de paz se lleva a cabo en la ciudad suiza de Montreux y cuenta con representantes de 39 países que intentarán sentar las bases para un proceso pacífico.

Entre los asistentes están los cancilleres de Rusia, Estados Unidos y Siria, así como del presidente la alianza opositora siria, la Coalición Nacional Siria (Cnfros) y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que inauguró la sesión.

Las primeras palabras del secretario de la ONU fueron dirigidas hacia las delegaciones gubernamentales y opositoras para decirles que tienen "la oportunidad y la responsabilidad" de impulsar "un proceso político" que ponga fin al sufrimiento del pueblo sirio.

También instó a las partes a comprometerse a cumplir lo establecido en el "Comunicado de Ginebra", donde se plantea la creación de un órgano de gobierno que conduzca al país a una transición política que ponga fin a la lucha armada.

Más allá de las palabras pacíficas de Ban Ki-moon, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, excluyó la presencia del líder sirio, Bashar Al Assad, en un futuro gobierno, y lo acusó de "ser responsable de los peores crímenes contra su propio pueblo".

"No hay manera ni posibilidad de que un hombre que ha matado a su pueblo pueda volver a ser un gobernante legítimo", subrayó Kerry, aunque reconoció que el camino hacia la paz debe tener "mutuo consentimiento".

Por su parte, el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, afirmó que las negociaciones que comenzaron este miércoles en Suiza "no serán fáciles ni rápidas", pero destacó que "hay una oportunidad real para lograr la paz".

Mismo el Papa Francisco pidió a Ginebra por la paz en Siria y rogó que no escatimen esfuerzos para llegar "con urgencia" al cese de la violencia y al fin del conflicto en el país árabe.

"Deseo a Siria un camino decidido de reconciliación, de concordia y reconstrucción, con la participación de todos los ciudadanos, donde cada uno pueda encontrar en el otro no a un enemigo o un rival, sino a un hermano al que acoger y abrazar", dijo el pontífice.

La guerra civil en Siria, entre las fuerzas del Gobierno Nacional y los rebeldes, comenzó a principios de 2011 y ya se cobró la vida de más de 130 mil sirios.