Amenazas, insultos e invitaciones a pelear por un conflicto que se desarrolla a miles de kilómetros de distancia. Eso es lo que se vivió frente a la sede de la embajada de Venezuela en el país.

Fue necesario que un cordón policial separara a ambos grupos para evitar que de los gritos se pasara a los golpes.Pero terminó con gases lacrimógenos y represión policial hacia los defensores de Maduro.