Una fosa común al menos 400 muertos es el tétrico descubrimiento que han efectuado las fuerzas de seguridad iraquíes en Hawija, en el norte del país. Esta zona fue retomada de las manos del Dáesh a principios de octubre.

Un pastor local, que fue el que indicó a las autoridades dónde estaba este lugar, ha asegurado haber presenciado como el grupo yihadista traía allí a sus prisioneros, los asesinaba y después prendía fuego a los cuerpos tras rociarlos con gasolina.

Según el gobernador de la región de Kirkuk entre los muertos habría tanto civiles como miembros de las fuerzas de seguridad.

Es habitual que las fuerzas iraquíes se encuentren fosas comunes tras recuperar territorio a los yihadistas.

Fuente: Euronews