Un fuerte terremoto hizo temblar la tierra en México y Guatemala (con grandes réplicas en El Salvador), y dejó como consecuencia al menos dos muertos, más allá de los graves daños materiales.

Cientos de edificaciones se vieron dañadas, algunas otras destruidas, por el temblor de 6.9 puntos en la escala de Ritcher que se sintió en toda Centroamérica.

El epicentro del sismo se ubicó a una profundidad de 60 kilómetros, según informó el portal del Servicio Geológico de EE.UU., que declaró el alerta naranja en diferentes ciudades guatemaltecas.

Igualmente, las autoridades locales afirmaron que no existe una alerta por tsunamis.