"La vida sin asombro se vuelve gris, rutinaria; lo mismo sucede con la fe. Y también la Iglesia necesita renovar el asombro de ser morada del Dios vivo, Esposa del Señor, Madre que engendra hijos", reclamó el pontífice este martes al celebrar en la Basílica de San Pedro la misa en ocasión de la 52a. Jornada Mundial de la Paz. 

"De lo contrario, corre el riesgo de parecerse a un hermoso museo del pasado", advirtió en esa dirección, retomando un reclamo que inició en su primer escrito como papa, la exhortación apostólica de 2013 Evangelii Gaudium.

Durante su homilía, la primera luego de haber desplazado ayer a su ahora ex vocero Greg Burke, Bergoglio planteó que "la Virgen nos arraiga en la Iglesia, donde la unidad cuenta más que la diversidad, y nos exhorta a cuidar los unos de los otros".

El pedido papal se da a poco más de un mes de la cumbre sobre pedofilia que hará el Vaticano en febrero, en busca de avanzar en un "Nuna Más" para los abusos de parte de sacerdotes, en medio de la explosión de denuncias hacia curas en los Estados Unidos, Chile y otros países.
"La mirada de María recuerda que para la fe es esencial la ternura, que combate la tibieza", ahondó, antes de parafrasear al pensador polaco Zygmunt Bauman. 

"En la vida fragmentada de hoy, donde corremos el riesgo de perder el hilo, el abrazo de la Madre es esencial", analizó, retomando el concepto del autor de "Amor líquido"; entre otros ensayos. 

"Hay mucha dispersión y soledad a nuestro alrededor, el mundo está totalmente conectado, pero parece cada vez más desunido. Necesitamos y confiarnos a la Madre", planteó Bergoglio. 
Tras la misa, el Papa habló a los miles de fieles que siguieron la celebración desde la Plaza San Pedro y recordó la conmemoración de la Jornada Mundial de la Paz.

"La buena política está al servicio de la paz. Nosotros pensamos que la política debe estar reservada solo a los gobernantes: todos somos responsables de la vida política de la ciudad, del bien común", aseguró antes de rezar el Ángelus de inicio de año. 

"Y además la política es buena en la medida en que cada uno haga su parte al servicio de la paz", pidió desde la tradicional ventana del palacio Apostólico tras desear "buen año a todos".