Tras el encuentro en el aeropuerto, Barack Obama encabezó la ceremonia oficial que se llevó a cabo en la Casa Blanca, en Washington, donde  agradeció al papa Francisco por su "inestimable apoyo" al "nuevo comienzo" de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

"Usted nos da confianza en que podemos hacer un mundo más justo y más libre", expresó el presidente norteamericano, agregando que "usted nos recuerda que 'el mensaje más poderoso del Señor' es la misericordia", lo que "significa dar la bienvenida al extranjero con empatía y el corazón verdaderamente abierto", dijo.

El Pontífice, por su parte, agradeció la recepción y aseguró que "los católicos de los Estados Unidos están comprometidos con salvaguardar los derechos de las personas y rechazar toda forma de injusticia y discriminación".

"Hay tantas personas preocupadas con que esos esfuerzos de forzar un orden social más justo y el derecho a la libertad de culto, una de las posesiones más valiosas de los Estados Unidos", destacó Francisco en un discurso que formuló en inglés.

Francisco se definió como "hermano" de los Estados Unidos y adelantó que en su intervención el jueves ante el Congreso alentará a los presentes a guiar al país "con fidelidad a sus principios fundadores".