Este acuerdo histórico, que no deja de ser un primer paso, establece que "las partes se comprometen a cesar las operaciones militares ofensivas y dar por terminada la confrontación y uso de las armas en la política". El cese del fuego no es inmediato sino que recién se estableció la forma en que se procederá a llevarlo a cabo. 

El documento determina que una vez entre en vigencia el acuerdo a partir del primer día, “la Fuerza Pública reorganizará sus esquemas para que las FARC-EP puedan retornar y reorganizarse en 23 zonas". A partir del quinto día se “desplazarán a esas zonas siguiendo las rutas establecidos en el acuerdo”. Se trata de  zonas veredales transitorias de normalización, cuyo objetivo es la dejación de armas y la reincorporación de la vida civil de los guerrilleros. 

Las FARC-EP designarán a 60 integrantes –hombres y mujeres- que podrán moverse por diferentes zonas del país para dar cumplimiento a lo acordado junto con "10 personas que podrán moverse a nivel municipal en cumplimiento con tareas relacionadas con el acuerdo de paz”.

El secretario General de la ONU, Ban Ki-moon ,se comprometió a agilizar la misión técnica que se encargará de verificar la dejación de armas. Además en el acuerdo las partes  asumen trabajar por lograr un consenso nacional en el que todos los sectores apuesten por un ejercicio de la política sin armas. 

El Gobierno de Colombia además propone que se haga un plebiscito y se espera un fallo de la Corte Constitucional sobre si es viable. Las FARC-EP lo rechazan por considerarlo unilateral y proponen una Asamblea Nacional Constituyente.  Juan Manuel Santos informó que las negociaciones habrán finalizado el próximo 20 de julio. 

Fuente: Telesur