Después de 16 horas de tensión, una docena de rehenes fueron liberados por la policía australiana luego de que un hombre los secuestrara y amenazara con asesinarlos en nombre del estado islámico.

La policía ingresó al local en el medio de una fuerte balacera como parte del operativo para rescatar a los rehenes y terminó con la vida del terrorista Man Haron Monis, quien habría matado a un rehen. Aunque el hecho resulta un poco confuso aún.

Algunos rehenes habían logrado salir con anterioridad a que la policía irrumpiera en el  Lindt Chocolat Café, un establecimiento situado en el distrito de negocios de Martin Place, una plaza peatonal, ubicada en el centro de Sidney.

El canal de noticias australiano 7 News  mostró  la imagen del secuestrador vestido con ropa negra, una mochila y un gorro. Además  mostraron en las ventanas del café  que había una bandera negra con la inscripción en árabe "No hay otro Dios que Alá, Mohamed es el mensajero de Alá".

El secuestrador había hecho dos declaraciones según relataron los rehenes que lograron escapar: "Quiere que la bandera del grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) le sea entregada directamente en el café y su segunda petición es hablar con el primer ministro" y agregaron: "También dijeron (los rehenes) que había cuatro bombas... dos dentro del café Lindt en Martin Place y otras dos en el Sidney CBD", el barrio de negocios donde se halla el local. Por eso una vez que finalizó la liberación de rehenes, la policía ingresó con un robot en busca de explosivos.

Si bien la Policía australiana contactó al yihadista, quien aseguró que su secuestro era "pacífico", el primer ministro de Australia, Tony Abbott, no dudó en señalar desde un primer momento que "Este es un incidente muy perturbador. Puedo entender las preocupaciones y ansiedades de la gente de Australia".

El incidente coincide con el arresto en Sidney de un hombre de 25 años que, según las autoridades, podría formar parte de un plan para cometer atentados en territorio australiano. Ya que hay varias  "investigaciones en curso que indican que se intenta planificar un ataque terrorista en suelo australiano".

En septiembre, el Gobierno australiano decidió aumentar el nivel de alerta por amenazas terroristas y la Policía llevó a cabo operaciones antiterroristas en todo el país, en las que sólo se acusó a dos personas. Actualmente hay más de 70 australianos luchando junto a los yihadistas en Irak y Siria, donde al menos 20 han muerto.