El polémico  trato que cerraron en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno, incluye otras tres condiciones para Europa: aumentar los 3.000 millones destinados a Turquía para atender a los refugiados, eximir a sus ciudadanos de la necesidad de visado para viajar a la UE ya en junio y avanzar en el proceso de adhesión al club comunitario.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker planteó que el acuerdo se basa  en  "la lógica de que los sirios pueden solicitar asilo en Turquía. Y eso es un punto de inflexión" y certificó el principio de que “por cada sirio que Turquía readmita, otro sirio será reasentado desde Turquía hacia la UE”. Así lo afirmó en la conferencia de prensa conjunta ofrecida entre él, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. 

Angela Merkel celebró el trato como "un gran paso" y añadió: "Lo que hemos hecho es volver al principio: que el asilo se pide en el punto de llegada y que el refugiado no elige dónde ir" pero sin destacar que fue ella misma la que alentó el desplazamiento masivo de refugiados hacia su territorio al prometer que se acogería a todos los sirios.

Fuentes comunitarias señalaron que en esa acogida en origen de refugiados deberán participar todos los Estados miembros, como en una distribución similar a la que se usó para el reparto de los refugiados arribados a Grecia e Italia. Además se suma el conflicto con Chipre, país europeo enemistado con  Ankara debido a la ocupación turca del norte de la isla. 

Fuente: El País.