Nota El País: 

Una marcha de supremacistas blancos ha disparado este sábado la tensión en la ciudad sureña de Charlottesville (45.000 habitantes, Estado de Virginia) provocando enfrentamientos con contramanifestantes que han dejado varios heridos y un número aún indeterminado de arrestados. El ayuntamiento había declarado ilegal el acto antes de su inicio. El Gobierno estatal ha activado el estado de emergencia y ha desplegado un fuerte contingente de cuerpos antidisturbios.

Bajo el lema Unir a la derecha cientos de miembros de la ultraderecha racista americana se han reunido para protestar por el plan de retirada de una estatua en homenaje a Robert E. Lee (1807-1870), general del Ejército Confederado durante la Guerra Civil que los extremistas de derecha reivindican como un símbolo histórico del poder blanco sureño que luchó contra los Estados del Norte sin éxito por mantener el sistema de esclavitud de los negros. El grupo antirracista Southern Poverty Law Center ha denunciado que el acto supone “el mayor encuentro de odio en décadas”. Los radicales racistas, incluidos elementos del viejo grupo de extrema derecha Ku Klux Klan, han mostrado banderas confederadas, coreado consignas nazis y se han pertrechado con cascos, escudos y porras. Hasta se cree que han utilizado gases pimienta y lacrimógenos contra sus opositores. Antes del mediodía ya se había desatado la situación de violencia, concentrada en el campus de la Universidad de Virginia. Entre los contramanifestantes destacaba la agrupación antirracista Black Lives Matter (Las vidas negras importan). Las escenas del coche fueron de una violencia desatada.

La situación se comenzó a caldear este viernes por la noche cuando los primeros centenares de manifestantes supremacistas llegados a la ciudad se juntaron en el campus de la Universidad de Virginia, junto a una estatua de Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores de EE UU, para lanzar sus primeros cánticos de protesta, con proclamas como “Las vidas de los blancos importan” o “No nos sustuiréis”, desfilando en la noche de Charlottesville con antorchas encendidas.

Un primer grupo de contramanifestantes acudió a repudiar la concentración y se vivieron momentos de tensión entre un bando y otro. La policía tuvo que intervenir y al menos una persona salió esposada del lugar.

La policía estatal de VirginIa se ha preparado para la jornada de hoy con más de 1000 agentes. El Gobierno del Estado ha pedido a los ciudadanos que no se acerquen al punto más caliente, el Emancipation Park. El alcalde Charlottesville, Mike Signer, ha rechazado el acto como “un desfile cobarde de odio e intolerancia”. Hace un mes la ciudad vivió otra jornada similar con una manifestación del Ku Klux Klan, motivada también por su oposición al proyecto de retirada de la estatua del general Lee, que terminó con 23 arrestados.

El movimiento supremacista blanco, conformado por una constelación de distintos grupúsculos cuya presencia es más significativa en estados sureños como Virginia, ha experimentado un repunte de actividad y visibilidad en los últimos tiempos al calor de la controversia en torno a los planteamientos de corte xenófobo y nacionalistas del presidente de EE UU, el republicano Donald Trump.

El mandatario ha escrito un mensaje de Twitter sobre lo ocurrido en Charlottesville: "TODOS debemos estar unidos & condenar todas las posturas de odio. No hay lugar para este tipo de violencia en América. ¡Juntémonos todos a una!". Sorprendentemente, una hora antes que él se había pronunciado por la misma red social su esposa y primera dama Melania Trump, que dijo: "Nuestro país promueve la libertad de expresión, pero comuniquémonos sin odio en nuestros corazones. Nada bueno sale de la violencia. #Charlottesville".