Con fuertes reclamos de Justicia, familiares y amigos despidieron a Alexander, un joven de 16 años que fue asesinado por un policía municipal de Acatlán de Pérez Figueroa en la localidad mexicana de Oaxaca.

Antes de sepultarlo, el féretro fue llevado a la unidad deportiva, donde fue despedido por sus compañeros de su equipo de futbol. Allí, simbólicamente, el joven de nacionalidad estadounidense metió su último gol.

El policía involucrado se encuentra detenido y se le practicaron las pruebas químicas para determinar su responsabilidad en el homicidio del menor. Este jueves, la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca informó que ninguno de los elementos de la corporación está involucrado en el hecho que causó la indignación nacional.