El Tribunal Supremo declaró inconstitucionales las leyes que lo prohíben en varios estados de Estados Unidos. La sentencia, comparada por su alcance con la que en 1954 ilegalizó la segregación racial en las escuelas o la que consagró el derecho al aborto, despeja la vía para que las personas del mismo sexo puedan casarse en todo el país.

La sentencia establece que los estados están obligados a conceder licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo bajo la 14 Enmienda de la Constitución, que garantiza la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

El argumento de los demandantes, asegura el juez Anthony Kennedy en la sentencia, es que exigen el pleno derecho al matrimonio por su profundo respeto hacia él. "Su deseo no es que les perdonen ni les dejen vivir excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Exigen la igualdad de derechos ante la ley. Y la Constitución les concede ese derecho".

Hace diez años, el matrimonio homosexual era legal en un solo estado, los principales líderes demócratas y republicanos estaban en contra y, para los candidatos, oponerse a las bodas entre homosexuales daba réditos electorales.

Ahora es legal en 36 estados, la Administración federal reconoce a los matrimonios de un mismo sexo a efectos administrativos como el pago de impuestos y las fuerzas armadas aceptan a gays y lesbianas.

La decisión de la Corte contó con el voto decisivo del juez Kennedy, clave también la sentencia que hace dos años declaró inconstitucional la ley que desde 1996 definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, conocida como DOMA.

"No hay ninguna unión más profunda que el matrimonio, que representa los más altos ideales de amor, fidelidad, devoción, sacrificio y familia", escribió el juez en la sentencia.

"Como demuestran los demandantes de estos casos, el matrimonio representa un amor que puede sobrevivir a la muerte. No habríamos entendido a estas parejas si decimos que faltan el respeto a la idea de matrimonio".

Los jueces se pronunciaron este viernes acerca de cuatro casos planteados por 12 parejas que acabaron confluyendo ante la Corte. Todos ellos obligaban a responder dos cuestiones: si los estados pueden prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo y si están obligados a admitir las uniones de aquellas parejas que ya hayan contraído matrimonio fuera de sus fronteras.

La sentencia, respaldada por una mayoría de cinco jueces a cuatro, llega en la cresta de una ola de cambio inesperada tanto en los medios de comunicación masivos, que antes eran reticentes a debatir sobre este tema, como en los líderes políticos y empresariales del país, que no lo incluían en su agenda.

Cabe destacar en este contexto la proximidad de las elecciones generales que se llevarán a cabo en el 2016, donde los votos de las minorías pueden ser claves para obtener la victoria.