En la sesión especial de este martes, que se extendió hasta la madrugada, el Senado de Brasil aprobó el juicio político a Dilma Rousseff, la presidenta que se encuentra suspendida desde mayo. De esta manera, la Cámara alta dio un nuevo paso hacia la destitución definitiva de la mandataria.

La votación tuvo lugar ante el Senado completo, ya no en comisión; y arrojó 59 votos a favor del juicio político, y 21 en contra.

A partir de este resultado, se realizará una nueva sesión a fin de mes, en la misma Cámara alta, donde los senadores definirán si absuelven o condenan a Rousseff, ahora procesada por supuestamente violar la ley de responsabilidad fiscal de 2015.

Desde el Partido de los Trabajadores (PT) esperaban poder suspender la sesión, que duró más de 16 horas, o al menos retrasar la decisión, aunque no tuvieron éxito. En el mismo sentido, en al menos 16 ciudades de Brasil se realizaron manifestaciones de grupos de izquierda que reclaman la salida de Temer del gobierno, acusado de golpista.

"Los peritos dijeron que la presidenta no cometió este acto que se realizó en todos los mandatos anteriores”, expresó el abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, y añadió: “Este no es un juicio técnico porque no hay pruebas; el relator actuó como en la Inquisición, actuó como Torquemada, creando situaciones que no son de las pruebas".