"Este es un día de liberación", dijo Tsipras desde el pie de una colina con a la isla jónica de Ítaca que remite a poema épico de Homero, Ulises, el rey de Ítaca, quien regresó a casa después de la guerra de Troya tras un viaje de 10 años perdido en el mar.

En un claro mensaje para dejar tranquilos a los prestamistas, el primer ministro prometió que "no cometeremos la afrenta de ignorar las lecciones del rescate a Grecia. No permitiremos que el olvido nos lleve al error".

"Nunca olvidaremos la causa ni a las personas que llevaron a nuestro país a los rescates financieros", dijo además. 

Este lunes finalizó el tercer rescate, lo que finaliza una serie de medidas de ajuste contra el pueblo que duraron 9 años. 

So bien Tsipras, llegó  como un candidato de la izquierda, en 2015, aceptó un nuevo acuerdo de préstamo y ajuste para que Grecia no saliera de la la zona euro. Ahora, podría empezar una nueva etapa para el país y su pueblo. 


Grecia cuenta con una reserva de 24.000 millones de euros, aportados por los acreedores y por el propio Estado, que en un caso extremo le permitiría cubrir sus necesidades financieras durante dos años. 

De aquí a 2022, Atenas debe alcanzar, en virtud del acuerdo con el Eurogrupo, un superávit primario de un 3,5 por ciento anual, es decir, sin tomar en cuenta los gastos para el servicio de la deuda. En la prensa griega se multiplican las voces que dudan de que esta meta sea realista.