Desde hace varios años que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, mantiene una lucha encarnizada en contra de la diversidad sexual y de género a la que ve como "un peligro para la salud pública" y los "valores turcos". 

Por ejemplo, desde hace dos años, miembros de la comunidad LGTBIQ no pueden manifestarse en Estambul sin ser dispersados con cañones de agua por la policía. Ahora, se suma la prohibición en Ankara. 

A mediados de noviembre de 2017, el Ayuntamiento de Ankara anunció que cancelaba un festival de cine alemán diverso alegando problemas de seguridad ya que "el evento podría provocar reacciones violentas de varios segmentos de la sociedad turca". 

Pero a esa censura le siguió la final prohibición de cualquier tipo de manifestación pública que no sea heterosexual. "Para garantizar la paz, la seguridad, la salud pública y la moral, el gobernador ha prohibido, por la Ley de Emergencia, todos los encuentros y manifestaciones, proyecciones de cine y teatro, entrevistas, muestras, exhibiciones, etc. de la comunidad LGBTI", anunciaron las autoridades de Ankara. 

"El círculo contra nosotros es cada vez más y más estrecho. La verdad es que ninguno esperábamos nada como esto. Paneles, discusiones, películas… Todo prohibido. Que se pueda hablar de este tema tendría que ser algo normal en una democracia. Parece que en Turquía no lo es", señala Zeynep Serinkaya, socióloga y activista en favor de los derechos de esta comunidad.

Serinkaya explica que tras el intento fallido de golpe de Estado de julio del año 2016 el Gobierno de Erdogan endureció sus medidas. "Antes ya intentaban ir en contra nuestra, pero ahora, con la Ley de Emergencia, pueden hacer lo que les de la gana sin pasar por las instituciones. Aunque no es sólo en contra nuestra. La represión de la sociedad civil es parte de la estrategia del Gobierno", planteó la experta.

La homosexualidad, según Erdogan, va en contra de los valores de Turquía, pero lo que no menciona que cuando Turquía fue fundada, en 1923, la homosexualidad era  legal desde hacía 70 años. Fue legalizada a mediados del siglo XIX durante el Imperio Otomano, en un momento en el que, en muchos países de Europa, aún faltaba un siglo para que fuese despenalizada.

"No hay ninguna base legal para hacer lo que han hecho. Esta prohibición, lo que hace, es poner en riesgo la comunidad LGBTI en vez de ejercer su obligación de garantizar la seguridad pública. Lo que quieren es criminalizar nuestra existencia", aseguraron, en un comunicado, varias organizaciones diversas en Turquía.