El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibió en el ayuntamiento de Oslo el Nobel de la Paz por sus esfuerzos por acabar con el conflicto armado en su país.“He sido líder en tiempos de guerra y lo he sido en tiempos de paz, y puedo decir que es más difícil hacer la paz que hacer la guerra”, afirmó Santos en su discurso, que lo concluyó con una frase con aroma a inmortalidad: "El sol de la paz brilla por fin en el cielo de Colombia”.

Habló ante un auditorio de más de 1000 personas, presidido por la familia real norueaga y donde estuvieron presentes siete víctimas de las FARC, entre las que se destacaron la ex candidata presidencialÍngrid Betancourt y su exasesora Clara Rojas, que viajaron a Noruega en representación de los ocho millones de afectados por la guerra en el país.

La ceremonia culminó un proceso iniciado de forma pública en octubre de 2012 con la constitución de la mesa de diálogo con la guerrilla de las FARC en Hurdal, al norte de Oslo, y que se trasladó luego a La Habana, donde las partes negociaron durante casi cuatro años.

Cinco días después del rechazo en referendo de los colombianos a un primer acuerdo, el Comité Nobel noruego premió a principios de octubre el papel de Santos, que abrió un nuevo diálogo que culminó en un segundo pacto aprobado el mes pasado por las dos cámaras.

Con Santos, se hizo presente en la ceremonia, presidida por la familia real noruega, una comitiva de 30 invitados, entre ellos siete víctimas del conflicto armado, como la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC más de seis años.

El Premio Nobal de la Paz renovó la esperanza de lograr lo que parecía "un sueño imposible" unos años antes, señaló el mandatario colombiano. 

"Vino como caído del cielo. Fue una gran ayuda para mí, los negociadores y para todo el pueblo colombiano", dijo Santos sobre un galardón que dio "un enorme impulso" a un proceso golpeado días antes por el triunfo del "no" en el referendo popular sobre el primer acuerdo.