Los chilenos que se oponen a reformar la Constitución y prefieren mantener la que fue redactada en 1980 por la dictadura de Pinochet publicaron un polémico video en el que una pareja de turistas chilenos conversan con un taxista argentino en Buenos Aires.

El taxista abre la conversación diciendo: “¡Cómo avanzaron últimamente”.

A lo que el joven chileno le recuerda el estallido social de finales de 2019 que motivó justamente el reclamo de más derechos y una nueva Constitución.

Después de afirmar que en Argentina “no se entiende muy bien qué pasó”, el taxista comienza argumentar sobre las supuestas ventajas del país vecino: “Eran el mejor país de latinoamérica. Creciendo, creciendo y creciendo, y de golpe...”.

Ante la respuesta de la pasajera, que explica que hay muchas cosas por mejorar, el conductor vuelve a arremeter: “Ustedes siempre estuvieron mejor que nosotros, históricamente. Siempre”.

“Ustedes no pasaron hambre, no tuvieron cinco presidentes en una semana, la inflación ¿cuánto? ¿3, 4 por ciento anual? Como mucho. ¡Nosotros 50% en un año! Cuídense, no vayan a retroceder”, argumenta el chofer que claramente tiene la información sesgada.

El 15 de noviembre de 2019 y tras una de las jornadas más violentas de la historia reciente de Chile, se produjo un acuerdo político para dar respuesta al llamado que miles de manifestantes exigieron durante semanas una nueva Constitución más flexible y con más derechos para los ciudadanos.

Con el acuerdo se aprobó la realización de un plebiscito en el que se decidirá si el país modificará o no la Constitución que heredó de la dictadura de Augusto Pinochet.

La última semana de agosto y tras ser suspendida desde el 26 de marzo como consecuencia de la pandemia del coronavirus, se inició nuevamente la campaña del plebiscito que se realizará el 25 de octubre.

En la consulta se preguntará a los ciudadanos si quieren “una nueva Constitución”, a lo que los votantes tendrán la opción de responder “apruebo” o “rechazo”.

El plebiscito también preguntará si el órgano encargado de redactar la Carta Magna debería ser una asamblea formada solo por ciudadanos electos o integrada también por diputados. De salir ganadora la opción “apruebo”, la elección de los constituyentes se realizará en abril y estos deberán redactar la nueva Constitución en máximo un año.

La campaña se desarrolla principalmente en las redes sociales y mediante mensajes radiofónicos, ya que debido a la pandemia se han restringido los mítines políticos de gran envergadura, así como la repartición de volantes en las calles y domicilios.

Los defensores del “rechazo” se agrupan en los sectores más conservadores del país y defienden que cambiar la Constitución podría traer consecuencias que desestabilicen a la nación.

Por su parte, quienes acuden a favor de “aprobar” la creación de una nueva Constitución, defienden esa posibilidad como una vía necesaria para implementar nuevas políticas públicas que permitan una mayor participación a sectores de la población históricamente excluidos.