En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el papa Francisco hizo una referencia clara a los capitales financieros internacionales y a los fondos buitre que "lejos de favorecer el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de dependencia, sumisión y pobreza".

Ante los representantes de todo el mundo, el pontífice planteó la "necesidad" de "mayor equidad" de los países en las decisiones de los organismos de la ONU, reclamando que "limiten todo tipo de abusos y usuras" con los países en vías de desarrollo.

En ese sentido, afirmó que “la exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente”, pidiendo a los gobernantes del mundo que garanticen "techo, trabajo y tierra" a los pobladores.

Como viene haciendo en los distintos foros en los que se presenta, Francisco reiteró su llamado a cuidar el medio ambiente al advertir que cualquier daño al entorno natural "es un daño a la humanidad".

En referencia al acuerdo nuclear suscrito entre Irán y las seis potencias mundial, Francisco pidió "una total prohibición de estos instrumentos".