La flamante exhortación apostólica 'Amoris Laetitia', de 261 páginas, reproduce las consideraciones expresadas por los obispos durante el Sínodo de la familia, con una relevante novedad en materia de los constantes avances hacia una normativa católica más cercana a la cotidianeidad del siglo XXI: "Ya no es posible decir que todos los que se encuentran en una situación así llamada irregular viven en pecado mortal”, asegura el texto sobre las personas que renunciaron a la unión matrimonial, mientras invita a los divorciados a "no sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros activos de la Iglesia”.

De la declaración también se desprende que quedará a criterio de cada sacerdote dar la comunión a los divorciados: “Es mezquino detenerse solo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas, sino el lugar de la misericordia del Señor”, dice la exhortación.

“Un pastor no puede sentirse satisfecho solo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones irregulares, como si fueran rocas que se lanzan sobre la vida de las personas”, reza el escrito en relación al malestar que puede provocar en los sectores más conservadores.

Contra el uso del preservativo

El papa Francisco se manifestó a favor de una "prudente" educación sexual de los niños y jóvenes, aunque rechaza que se base en "la invitación a cuidarse, procurando un sexo seguro". La preocupación que expresa en esta nueva publicación se debe a que considera que "transmite una actitud negativa hacia la finalidad procreativa natural, como si un posible hijo fuera un enemigo del cual hay que protegerse".

Respeto a la comunidad gay

Bergoglio pide "respeto" y "no discriminación" para la comunidad LGBT y sus familias: "Toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta y particularmente cualquier forma de agresión y violencia", señala. También invita a los sacerdotes al acompañamiento para brindar "la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida".

Separaciones tras violencia de género

El máximo representante de la Iglesia Católcia reconoce que hay situaciones en las que la separación se vuelve "moralmente necesaria". Se refiere a la violencia de género: "Se trata de sustraer al cónyuge más débil o a los hijos pequeños de las heridas más graves causadas por la prepotencia y la violencia, el desaliento y la explotación, la ajenidad y la indiferencia".