En el medio de una belleza natural, el club de Sima (la dueña del mismo) es un lugar de entrenamiento y respeto para las mujeres que forman parte; en un país- Afganistán- en el que ellas no suelen tener acceso a los deportes, y mucho menos a las artes marciales. 

Desde la BBC publicaron un informe en el que se aprecia cómo éstas guerreras shaolines, que practican wushu, muestran sus destrezas y actividades al aire libre. 

La mayoría de las integrantes son Hazara, un grupo étnico de lengua farsi darí predominantemente chiita."Mi ambición es ver a mis estudiantes participar en duelos internacionales y ganar medallas para sus países", expresó Sima que aprendió wushu en Irán y que ahora trabaja respaldada por su padre. 

"Algunas de las familias de mis estudiantes tuvieron problemas para aceptar que sus hijas estudiaran wushu", reconoció Sima que sin desanimarse  logró convencer a muchos familiares en una sociedad donde ven mal que las mujeres hagan deportes de contacto ya que podrían "quedar privadas de marido".

Fuente: BBC