Para evitar que se convierta en un santuario neonazi, el Gobierno de Austria anunció que demolerá la casa donde nació y pasó sus primeros tres años de vida Adolf Hitler, ubicada en Braunau am Inn, una localidad junto a la frontera con Alemania.

"La casa de Hitler será tirada abajo; el sótano puede quedar, pero encima se construirá un edificio nuevo", explicó el ministro del Interior austríaco, Wolfgang Sobotka, en declaraciones reproducidas por la versión electrónica del diario ‘Die Presse’, citado por EFE.

Por su parte, Sobotka aclaró que luego de la demolición, “la casa será entregada al municipio de Braunau para fines caritativos u oficiales", cumpliendo así con la recomendación de una comisión de trece expertos que estudió durante meses qué hacer con el edificio.

Según el funcionario, que remarcó que con esta medida se impide de forma permanente que la propiedad adquiera una “fuerza simbólica”, esta misma semana se iniciarán los trámites parlamentarios para darle a la demolición un marco legal.

El Gobierno de Austria demolerá la casa donde nació Hitler

La medida despertó algunas críticas, que consideran que así Austria pierde la posibilidad de recordar su propio pasado nazi, ante las cuales Sobotka respondió que su país "cuenta con una cultura de la memoria que funciona", por ejemplo con el antiguo campo de concentración de Mauthausen, donde fueron asesinadas unas 100.000 personas.

Hitler nació el 20 de abril de 1889 en la calle Salzburger Vorstadt, 15, de Braunau, pero a las pocas semanas su familia se mudó a otra dirección dentro de la misma ciudad, que finalmente abandonó tres años más tarde.

En 1938, tras la anexión de Austria por la Alemania nazi, el edificio fue comprado por Martin Bormann, estrecho colaborador de Hitler, y los nazis convirtieron el lugar en un "centro cultural". Después de la guerra, el edificio fue adquirido de nuevo por la familia de los propietarios originales, que permitieron la instalación de una biblioteca.

Más tarde, los inquilinos de la casa fueron una escuela, un banco, un instituto técnico y hasta 2001 un hogar para jóvenes discapacitados. Desde entonces, la vivienda estaba vacía y el Estado austríaco y el municipio de Braunau pagaban a la dueña 4.700 euros mensuales de alquiler para evitar un uso no deseado del lugar.

En julio, el Gobierno austríaco aprobó una ley para expropiar la casa natal de Hitler, un edificio que está bajo protección por tener cimientos del siglo XVII. Así puso fin a una larga batalla jurídica con la propietaria, que se negaba a venderle el inmueble al Estado.