El gobernador de Bermudas, John Rankin, aprobó el miércoles un proyecto de ley que revoca el derecho de las parejas homosexuales a casarse en el territorio británico de ultramar, a pesar de un fallo de la Corte Suprema que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo el año pasado.

La decisión impactó en la rica isla atlántica de 60.000 habitantes y va en contramano a la tendencia- cada vez más visible-  entre los países occidentales de legalizar el matrimonio igualitario. 

En virtud de la Ley de Asociación Doméstica de 2017, ya aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado de las Bermudas, cualquier ciudadano de las Bermudas podrá formar asociaciones nacionales que, según el gobierno, ofrecerán iguales derechos que un matrimonio

Por el momento las autoridades destacaron que las parejas del mismo sexo que se casaron en los últimos meses no tendrán su estado civil anulado. Aún así, la iniciativa ha sido criticada por grupos internacionales de derechos humanos que argumentan que la nueva legislación contradice la carta magna de la isla, que garantiza la libertad frente a la discriminación.

El fallo del Tribunal Supremo sobre la igualdad matrimonial en mayo de 2017 fue celebrado por la pequeña comunidad gay, pero también indignó a muchos en una isla socialmente conservadora, incluyendo a los líderes de la iglesia, y miles de persones protestaron frente al parlamento.

En un debate en la Cámara de los Comunes del Reino Unido el mes pasado, el legislador laborista abiertamente gay Chris Bryant calificó al proyecto de ley como “una legislación profundamente desagradable y muy cínica”. ”Me siento enormemente decepcionado”, dijo Joe Gibbons, bermudeño gay casado de 64 años. “Esto no es igualdad, y el gobierno británico obviamente acaba de decir: ‘Esta no es nuestra lucha’”.

“Después de una cuidadosa consideración de acuerdo con mis responsabilidades en virtud de la Constitución, he dado hoy mi asentimiento a la Domestic Partnership Act 2017”, fue el único comentario de John Rankin.