La victoria del fascismo de Jair Bolsonaro en la primera vuelta electoral de Brasil es una alerta para toda la región no sólo por su triunfo sino también por la estrepitosa derrota que sufrió el PT de Lula.

El avance del dirigente de la ultraderecha se proyectó a la elección legislativa y marca un quiebre en el Congreso de Brasil.  El dato más significativo de este punto es la fuerte derrota de Dilma Rousseff, candidata a senadora por Minas Gerais, quien quedó cuarta en los comicios con el 15 por ciento de los sufragios. La gobernación allí la obtuvo Romeu Zema (Novo) con el 43% de los votos, seguido por Antonio Anastasia (PSDB) con el 29%. En tercer lugar quedó el postulante del PT, Fernando Pimentel, con el 22 por ciento.

En Río de Janeiro el resultado fue también demoledor para el PT: 12% en la categoría senadores. La victoria fue para Flavio Bolsonaro (hijo de Jair), que se impuso con el 28%, seguido por Cesar Maia con el 18% y Arolde de Oliveira con 14 puntos.

El candiadto a gobernador triunfante en Río fue Wilson Witzel (PSC) con el 41%, seguido por Eduardo Paes (Demócratas) con el 18% y Tarcísio Motta (PSOL) con el 10%. Cuarto quedó el postulante del PT, Marcia Tiburi, con un muy pobre 5%

En San Pablo, en tanto, el candidato a gobernador por el PT, Luiz Marinho, logró solo el 12% de los votos. La victoria fue para João Doria (PSDB), con el 31%, segiudo por Marcio França (actual gobernador) y Paulo Skaf (MDB), ambos con el 21%. Para el Senado, el ganador fue Major Olimpio (del partido de Bolsonaro) con el 24%, seguido por Mara Gabrilli (PSDB), con el 17% y Eduardo Suplicy (PT) con el 15%.

Brasilia quedó para el Movimiento Democrático de Brasil (el partido de Michel Temer), cuyo postulante, Ibaneis Rocha, obtuvo el 42 por ciento de los votos. Le siguió Rodrigo Rollemberg, del Partido Socialista Brasileño (PSB) con el 13,9 por ciento.