El grupo terrorista Estado Islámico amplió sus fronteras de ataque, al asumir el atentado suicida que causó 33 muertos y un centenar de heridos en la ciudad oriental afgana de Jalalabad, lo que supone el primer ataque de este tipo que comete esa organización yihadista en Afganistán.

“¿Quién ha asumido el mortífero atentado de hoy en Nangarhar? Los talibanes no lo han hecho. El Daesh (el acrónimo en árabe del EI) lo ha asumido”, aseguró el presidente afgano, Ashraf Gani, en un discurso televisado en la provincia oriental de Badakhshan.

Horas antes, el EI había reivindicado el atentado en un mensaje remitido a la agencia local Pajhwok por Shahidulá Shahid, exportavoz del principal grupo talibán paquistaní, el TTP, que fue cesado a finales del año pasado por mostrar su apoyo al EI, y que ahora ocupa el puesto de portavoz regional del grupo yihadista.

El atentado suicida se produjo a primera hora de la mañana en la entrada del Banco de Kabul en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, cuando decenas de personas, incluidos funcionarios del Gobierno, se encontraban allí para cobrar sus salarios.

El presidente afgano afirmó que este tipo de acciones, sumadas a otras reivindicadas por el EI en Afganistán durante los últimos meses, como “decapitaciones y secuestros”, son “signos de un nuevo tipo de guerra” en el país asiático y una “grave amenaza”.