Primero fue la aparición de la diseñadora Carmela Hontou en un casamiento en Carrasco para 500 invitados donde se encontraba lo más granado de la clase alta uruguaya.

Había llegado de Milan, tenía los síntomas y no le importó; incluso compartió con Pampita un evento.

A eso, ahora se le suma un personaje de nombre increíblemente literario: Gabriela Petit De La Villéon, quien continúa con la conducta de su antecesora.