Esmeralda Arosemena de Troitiño, vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),  habló con Radio 10 y describió el papel que juega el organismo en relación a los ejecutivos de los países, sobre todo en los casos que más preocupan a los organismos de Derechos Humanos argentino:  tanto la efectivización de la prisión domiciliaria de Milagro Sala como la aparición de Santiago Maldonado, y la divulgación de la información correspondiente a las responsabilidades.

En una entrevista con Página 12, la comisionada- que visitó hace unos meses a la dirigente Tupac Amaru- advirtió que el traslado de Milagro Sala a una casa que no es su domicilio “no está en línea con el estándar internacional”, reconociendo que incluso el lugar designado no cumple con las condiciones mínimas.

Además se animó a responderle al gobernador Gerardo Morales, quien acusó al cuerpo de ser "burócratas que viven en Washington".

La diplomática no sólo desmintió vivir en Estados Unidos -"resido en mi querida Panamá"- sino que recordó el cuestionamiento que expresó ante la máxima autoridad jujeña: "Él reconoció que por ausencia del Estado estos movimientos como los de la Tupac se habían como «degenerado». Y yo le dije allí, personalmente, bendito sea que haya movimientos sociales, que frente a la ausencia del Estado busquen resolver los problemas de sus comunidades porque eso es lo que necesitamos: que haya gente que lidere a las comunidades". 

En relación al caso de Santiago Maldonado, la panameña recordó que los Estados tienen la obligación de responder a  las masivas protestas de la ciudadanía, ya que su principal responsabilidad es proteger la vida de todos sus ciudadanos.