El ataque produjo decenas de muertos entre el personal sirio, según el gobierno de Rusia que convocó con urgencia una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

El Comando Central de Estados Unidos afirmó en un comunicado que los pilotos creían que estaban golpeando a fuerzas de EI a las que estaban haciendo seguimiento y aseguraron que los bombardeos fueron detenidos inmediatamente después de que las autoridades rusas les avisaron de que, en realidad, se trataba de personal y vehículos sirios.

En el texto, además, se asegura que habían informado con anticipación a Rusia sobre el ataque.

De acuerdo con las autoridades rusas, al menos 60 soldados murieron y muchos más resultaron heridos en los bombardeos ocurridos cerca de la población de Deir ez Zor.

Un portavoz del gobierno del presidente Barack Obama dijo que Estados Unidos había manifestado, a través de Rusia, su "pesar" por el bombardeo que causó la muerte no intencional de miembros de las fuerzas sirias.

Pese a ello, la representante de Estados Unidos ante la ONU, embajadora Samantha Power, criticó la convocatoria de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y dijo que con ese encuentro Rusia buscaba distraer la atención de las cosas que están ocurriendo sobre el terreno.

"Siria está en una situación compleja con varias fuerzas militares y milicias ubicadas muy cerca unas de otras, pero las fuerzas de la coalición no atacarían de forma intencional a una unidad de las fuerzas militares sirias. La coalición revisará el ataque y las circunstancias que lo rodearon para determinar qué lecciones se pueden aprender", agregó el texto.

El suceso se produce en un momento en el cual existe un frágil cese el fuego en Siria sobre cuya continuidad futura hay gran incertidumbre.

El acuerdo fue cerrado entre Estados Unidos y Rusia, pero compromete a las fuerzas del gobierno del presidente Bashar al Asad y a los grupos armados que se le oponen.

Antes de este último incidente, Rusia había afirmado que la situación se estaba deteriorando y que los rebeldes habían realizado unos 50 ataques en las 24 horas previas, aunque Estados Unidos había dicho que el acuerdo estaba siendo bastante respetado.