El derrame, de 24.000 barriles de petróleo de un pozo perteneciente a la empresa Ecopetrol,ya provocó la muerte a miles de animales y puso en alerta a las comunidades rurales cercanas que habitan la selva colombiana. 

La vista, desde un dron, muestra el impacto ambiental de la fuga de petróleo en las inmediaciones del pozo Lizama 158;  en el que a principios del mes de marzo se produjo un afloramiento de crudo que contaminó ríos y bosques de esta región del Magdalena medio.

A través de un comunicado, Ecopetrol informó que este último martes se detectó un nuevo orificio, a unos 60 centímetros de distancia de la zona del derrame."La Empresa ratifica que los fluidos están confinados en el lugar del evento, sin riesgo de desbordamiento hacia las fuentes hídricas”, precisó el documento", precisaron desde la empresa; aunque los pobladores insisten con que están tratando de ocultar el daño ambiental que sigue expandiéndose.