Leticia Martínez es una de las 7 mil personas que dejaron hace algunas semanas Honduras, para atravesar México a pie y buscar un pressente en Estados Unidos. Sin embargo, no son los primeros, sino que se trata de un camino ya recorrido por otros tantos miles, muchos de los cuáles perdieron todo contacto con sus familias, perseguidos y secuestrados. 

Esta mujer buscó a su hija Merza Yanira con la ayuda de la Caravana de Madres Centroamericanas, pero a lo largo de la búsqueda incluso debió sobreponerse a un derrame cerebral. Leticia recuerda que mantuvo contacto con Merza durante año y medio, y poco antes de desaparecer le advirtió en una comunicación telefónica que estaba secuestrada pero que no debía ceder a las extorsiones que la ubicaran desde México.

"Me llamó susurrando y me dijo que no contestara números de México para que no me extorsionaran, otra compañera que atraparon con ella traía un teléfono y lograron comunicarse conmigo y desde entonces no volví a saber nada de ella", agregó.

Según el testimonio que publicó la cadena RT.com, horas antes de reencontrarse con su hija en Tapachula -México- el pasado 24 de octubre, Leticia ansiaba reencontrarse con su hija y no pensaba en los motivos por los que a lo largo de los años habían estado separadas: "Hace 10 días, por las redes sociales, ella me mandó un mensaje, pero lo sentía como una broma de mal gusto, pero ya estoy convencida que es ella", relató antes del abrazo.

Este es apenas un caso de un crisis que tiene aproximadamente 70 mil desaparecidos, según datos de la organización Movimiento Migrante Mesoamericano, que contabilizan la cantidad de personas de distintos países de Centroamérica desaparecidas en México.

"Existen miles de migrantes desaparecidos en el país que nadie los busca. No hay justicia, todo queda impune. Es un país con muchísima corrupción igual que en Centroamérica", señala la hondureña Ana Enamorado, organizadora de la Caravana de Madres Centroamericanas.