Al abrir una bolsa blanca de plástico lo primero que vio un guardia de Segurida de la ciudad de Melilla, en España, fue una pierna al aire inerte. Cuando se fijo con más atención encontró a un hombre inconsciente. El agente solicitó una ambulancia, sacó un cuchillo y abrió la bolsa llena de cenizas volantes tóxicas. En ese momento el sujeto que estaba dentro reaccionó.

No era el único, otras 40 personas estaban ocultas entre fragmentos de vidrio y residuos peligrosos. Siguieron buscando y encontraron otras cinco en un depósito de vidrios fracturados dispuestos para el reciclaje.

Los 41 migrantes, marroquíes y argelinos fueron rescatados y revisados por el personal médico y sanitario para posteriormente ser trasladados a la comisaría de la Policía Nacional.

Fuente: El País