Donald Trump calificó al Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) como fundamental para cumplir las leyes migratorias y proteger la seguridad nacional.

Sin embargo, "La Migra" parece estar aprovechando el momento político de hostilidad hacia los inmigrantes para ser más abusiva con su poder. 

El ICE fue creado menos de dos años después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York, y es un organismo de control que es parte del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense. Además es la segunda mayor agencia de investigación criminal de ese país, detrás del FBI. 

Trump busca incrementar el presupuesto militar y también incluye al ICE que actualmente cuanta con un monto anual de US$6.000 millones y un personal de 20.000 empleados en 47 países que el actual presidente busca incrementar a 30 mil. 

"Todos los que violan las leyes de inmigración pueden estar sujetos a arrestos de inmigración, detención y, si son hallados removibles por orden final, a la expulsión de Estados Unidos", explicó Jennifer Elzea, portavoz del ICE, en un correo electrónico a BBC Mundo y negó que se estén realizando "redadas indiscriminadas". Sin embargo, los casos de detenciones se siguen sumando. 

Trump habilitó mayores detenciones y deportaciones y de esta manera logró "quitarles las cadenas" a los hombres de ICE, según detalló el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer.

"Están fuera de control, porque ahora pueden ir a iglesias, hospitales, escuelas, a donde les dé la gana", dice a BBC Mundo el congresista demócrata Luis Gutiérrez que destacó que el actual Gobierno busca "inculcar miedo, terror". 

Durante sus dos mandatos, Obama se ganó el apodo de "deportador en jefe" al expulsar unos 2,5 millones de inmigrantes y se espera que Donald Trump duplique esa cifra. 

Fuente: BBC