Con una natalidad media inferior a un niño por mujer desde el año 2000, la ciudad de Yichang, en Hubei había logrado- en su momento orgullosamente- cumplir con la política estricta de natalidad instaurada en la República Popular China. 

E incluso en 2010, Yichang fue designada como "un ejemplo nacional"; sin embargo los tiempos cambiaron y ahora una carta abierta de la Comisión de Sanidad y Control de la Población de esa ciudad insta a los funcionarios y trabajadores estatales del Partido y de la Liga de Juventudes Comunistas a “dar ejemplo empezando por ellos mismos”

El pedido va en serio y sostiene que los ciudadanos que todavía estén en edad de procrear deben tener un segundo hijo; mientras que aquellos demasiado mayores deben  “educar y encomendar” a sus hijos en edad fértil la tarea de darles un segundo nieto.

Las políticas de control sirvieron durante veinte años pero ahora el Gobierno chino se enfrenta a  “una sociedad envejecida, escasez de mano de obra y una urbanización incompleta” que es más notoria en algunas zonas de ese país. La ONU calcula en cerca de 400 millones el número de jubilados que el país, con una población actual de 1.370 millones de personas, tendrá para 2035.

Incluso Pekín anunció el año pasado la abolición de la política del hijo único para comenzar a repoblar al gigante asiático con un estimado de  17 millones de nacimientos adicionales en los próximos cinco años.